domingo, 23 de octubre de 2011

Todos tenemos un hobbie que es nuestra pasión, esta es la historia del mio

De pequeña, era bastante más madrugadora que ahora y los fines de semana siempre era la primera en levantarme; entonces yo ponía el canal ''Sol música'' y bailaba delante de la tele todas las canciones que me gustaban; improvisaba y en realidad lo único que hacía era el tonto, nunca había visto ninguna actuación ni había dado clases ni nada, pero aun así en esos momentos era feliz.
Los años pasaban y yo, cada vez que tenía la oportunidad, me marcaba unos bailecitos en mi habitación.
Un día, hace dos años más o menos, conocí a una chica a la que le apasionaba el baile, y me dijo que había un gimnasio en el que se daban clases de baile moderno, así que yo me apunté: la clase era pequeña y muchas las alumnas, además, yo no tenía experiencia y era algo patosa, siempre estaba en la pared, sin poder verme en el espejo, eso por no decir que la profesora no tenía ni idea de baile y se limitaba a copiar coreos de YouTube; cada vez se iban apuntando más chicas y yo, harta de no sentirme cómoda bailando y de que allí no se me valorara, me desapunté.
Justo un año después, gracias a la misma chica me enteré de que una antigua concursante de fama iba a dar clases en mi pueblo y claro, me apunté; ni os imaginais como cambió la cosa: la clase era un poco más pequeña que la anterior, pero éramos menos las alumnas y a manos de una profesora muchísimo mejor.
Poco a poco me iba sintiendo mejor cada vez que bailaba, subida a un escenario era otra persona...
Y entonces pasó, me informaron de que me tendría que someter a una operación de escoliosis, al igual que a la misma chica que me había estado ayudando.
Cada vez era más consciente de lo que significaba para mi el baile, de lo feliz que me hacía y del miedo que me daba no poder volver a bailar...
Antes de que me diera cuenta ya era verano y estaba en la actuación de fin de curso, posiblemente mi última actuación hasta dentro de mucho tiempo, así que la disfruté como nadie; fue acabar el último paso del último baile y romper a llorar como una niña, y aun más cuando la profesora habló.
En julio me apunté a un curso intensivo de baile con mi profesora y otro bailarín, también concursante de fama, mejoré bastante mi técnica y hice ''clic''; ya no tenía vergüenza de bailar donde fuera, cuando fuera y delante de quien fuera, era plenamente consciente de que el baile era todo y tenía que aprovechar como fuera: 6 horas diarias, cinco días a la semana, prácticamente sin descanso y puedo decir sin duda, que fue la mejor semana de mi vida.
Ahora estoy haciendo un nuevo curso con esta misma profesora, somos 44 alumnas y aun así la profesora me felicita casi todos los días, ahora mismo, faltan un mes y 6 días para esta operación de la que os he hablado; no sabeis el miedo que tengo, me paso las noches llorando porque pase lo que pase, quiero volver a bailar.

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